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Filosofía desde la trinchera

 

La palabra es un arma cargada de futuro.

                        Gabriel Celaya.

 

            Son muchas las cosas que podría decir tras la polémica que, creo, injustamente produjo mi intervención el el blog de Ciudadanos de Villafranca. En primer lugar agradecer las palabras de comprensión y halagos de la mayoría de los que intervinieron. Sinceramente se lo agradezco porque esta uno acostumbrado a luchar en solitario, desde la trinchera, y esto nos condena a la soledad, a la incomunicación. Uno de los males de la vida intelectual, cuando uno no está en la academia, es el de la incomunicación y esto es un cáncer de la vida intelectual porque como hemos dicho muchas veces el pensamiento es diálogo. Pero de todas formas, a pesar de los agradecimientos me gusta ceñirme a las enseñanzas del viejo Diógenes el perro. Es preferible un bastonazo que un halago. Los aduladores, no es éste el caso de los que escriben, te devoran sin darte cuenta. Uno de los vicios del intelectual es la vanidad, si te alaban comienzas a tener una visión distorsionada de tu yo y pierdes la capacidad de autocrítica. Vives en la autocomplacencia y la satisfacción, además, de la egolatría. Por eso, hay que cuidarse de los halagos, aunque a uno le gusten y le satisfagan, debe olvidarlos pronto y seguir con su tarea. Y el bastonazo ayuda a seguir en la brecha. Cuando se nos critica, pensamos; entre otras cosas, para defendernos. La crítica, si la aceptamos dentro del marco del diálogo, nos hace madurar y crecer. Por eso me ha hecho pensar más la crítica que la complacencia, si bien la agradezco.

 

            De todas formas creo que mi crítico J.L.R.  se equivoca, y también M. yo no he desestimado nunca la acción, además mi comentario se dirigió a un análisis de la democracia. El comentario de J.L.R. fue una salida de tono y una falta de respeto hacia la intimidad. Me acusaba de no estar en el tajo, no sé a cuento de qué, cuando he estado en el tajo del que él habla, dos años. La cuestión es que hay muchos tajos. Y, además, si estaba de acuerdo en mi artículo, y decía que al final la cagaba, pues que haga una crítica y de razones de porqué al final me equivocaba. Yo decía que era lamentable que hubiese tenido que llegar una situación que afectase a nuestros intereses privados para hacer una defensa de la democracia, para tomar conciencia de la libertad y la democracia. Que si fuésemos buenos ciudadanos ya hubiésemos tenido valores más universales y se hubiesen reflejado en nuestros votos. Y ahora añado, que si hubiésemos sido buenos ciudadanos, sólo con nuestros votos no hubiésemos permitido que en Extremadura hubiésemos llegado a esta situación. Pero a pesar de ello me alegro de la fuerza del movimiento y de su éxito.

 

            Por su parte M. en su intervención al principio es suave, no sabe por quién decantarse. En realidad no ha entendido la discusión, tampoco J.L.R., puesto que yo no he hecho nunca una crítica al movimiento activo, o a la acción. En fin, algún rencor deberán guardar. El caso es que después M. empieza con una retahíla de lo mucho que se tiene que esforzar porque es ama de casa, etc, para poder participar activamente. No creo que nadie haya negado esto, es más lo he alabado, he dicho que es un movimiento heróico y perseverante. Por tanto, eso requiere el esfuerzo de todos los que están ahí presente en primera y primerísima línea. No sé porqué se me critica. O, mejor, sí.

 

            Pienso que uno de los motivos del éxito del movimiento es que se ha consolidado, casi institucionalizado, en su dimensión política sí porque posee un grupo político con representación en el ayuntamiento. Pues como digo, para que un movimiento tenga éxito es necesario cierta dosis de dogmatismos e, incluso, de integrismo. De ahí que creo que las críticas proceden de una concepción errónea de la verdad. La plataforma y el grupo de ciudadanos, en cuanto que movimiento, se creen poseedores absolutos de la verdad. Y esto es un error y hace inviable la crítica y la democracia; aunque, desde luego, da fuerzas, pero inhibe la posibilidad de la autocrítica y la de ponerse en el lugar del otro. Yo sólo he insinuado la posibilidad de la crítica y he valorado los orígenes del movimiento y, en lugar de respondérseme a esto, se me ha anatemizado. Soy un no válido para el movimiento porque no me manifiesto. Bien, pues me he manifestado, por diferentes causas desde que tenía 17 años, y lo seguiré haciendo. En la plataforma lo hice durante dos años, además de dar conferencias, charlas, escribir artículos, ruedas de prensa, en fin, lo deje por cuestión de prioridades y de principios personales y filosófico. Pero seguí y sigo defendiendo las razones de fuerza del movimiento, fundamentalmente, en mi actividad pública, en lo que decía Kant el uso público de la razón. Además,practico la desobediencia civil en el ámbito educativo con perjuicio para mi sueldo, porque no participo de la perversidad de la ley educativa. Todo ello viene a significar que, si bien, el movimiento civil ha madurado y ha obtenido un gran éxito, no ha madurado lo suficiente como para realizar una autocrítica. De todas formas yo no la voy a hacer, creo que en este momento es muy peligrosa, aunque ya la tenga pensada, para la estabilidad del mismo movimiento, ahora que casi hemos alcanzado el objetivo particular, el abandono del proyecto de construcción de la refinería. Los que me conocen en la intimidad saben de las críticas que hablo, además, algunos de los que son de primerísima fila con los que he hablado sobre temas cruciales no he estado de acuerdo. Pero sí, para finalizar quiero hacer alguna observación para la reflexión de cada cual. Si el grupo de ciudadanos y el PP hubiesen sacado entre ambos mayoría absoluta, ¿qué se hubiese hecho? Se hubiese pactado para eliminar a Ropero y el grupo socialista? Piensen la respuestas, explica mucho de estos dos últimos años. O creemos de verdad en la democracia y nos sirve como modelo de ella lo que ha hecho el grupo de electores desde la minoría, enfrentándose al poder y al resto de oposición, o somos posibilistas políticos, negamos la esencia de la democracia, y buscamos sólo fines, intereses particulares. En fin, sólo dejo esta reflexión para ustedes. Cuando hayamos triunfado y no se ponga la refinería, además de agradecer el esfuerzo de todo aquel que ha estado en la calle, pegando carteles, recogiendo firmas, disputando en el ayuntamiento, acudiendo a asambleas, etc, cuando yo no he estado, haré mi crítica. Además el futuro, en las elecciones, hablará por sí solo.

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