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Filosofía desde la trinchera

            Efectivamente, Juan, los sindicatos son elementos constitucionales necesarios para una democracia. Si no existiesen estaría en peligro el principio constitucional de igualdad y el del derecho al trabajo. El estado (poder ejecutivo y legislativo, mejor), los sindicatos y la patronal tienen que negociar los intereses de los ciudadanos. Y los intereses no coinciden, como ya sabemos. Por eso la democracia es la mejor forma de resolver, institucionalmente, la diferencia de intereses. En un momento histórico los sindicatos significaron mucho para las reivindicaciones de los trabajadores, la clase de los explotados. Y esto constituyó un paso en la consecución de la igualdad y la libertad. Pero, desde hace cuarenta años, y el golpe mortal se lo asestó la señora Thacher, los sindicatos ya no son los representantes de los trabajadores, mucho menos considerando a los últimos como la clase oprimida. A los sindicatos les ha ocurrido lo que a la izquierda, el capitalismo desbocado los ha arrollado. Lo que yo sugiero, tanto a la izquierda, como a los sindicatos, es que tengan la capacidad de redescubrir su pasado glorioso y sean capaz de aunar sus fuerzas contra el desarrollo salvaje del capitalismo. Esta crisis era la oportunidad; pero, curiosamente, cuando se pensaba que el capitalismo se iba a poner en cuestión, al menos en su versión neoliberal, y que iban a recobrar sus fuerzas y sus ideas la izquierda y los sindicatos, resulta que el capitalismo sale vencedor poniendo a los estados a su servicio y a los sindicatos en una posición humillante puesto que existen gracias al estado. Estamos de acuerdo en que los sindicatos deben defender los derechos de los trabajadores, la igualdad y la libertad, principios también de la izquierda. Pero, como no se produzca una transformación o revolución interna dentro de ellos, su futuro, como el de toda la sociedad es tremendamente incierto. Actualmente estamos en el fascismo financiero. El elemento a batir ahora es lo que queda de democracia, y, como no pongamos remedio, los partidos políticos, los sindicatos y la ciudadanía en general lo que nos espera es el dominio de las corporaciones multinacionales.

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