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Filosofía desde la trinchera

Cuando se cumplen veinte años de la LOGSE y el fracaso es generalizado nadie se da por aludido, ni intenta poner remedio. Los responsables políticos siguen en sus treces defendiendo lo indefendible y la pseudociencia de la pedagogía sigue reinando en los centros de enseñanza. La excelencia entre los alumnos se perdió, salvo que por razones estrictamente genéticas, algunos están blindados contra la LOGSE. El profesorado ya es, en su mayoría logsiano por formación. Las oposiciones vieron reducido su temario y aumentado los temas logse. Además el curso de prácticas es un adoctrinamiento en toda regla. Los que no proceden de la logse se han acomodado en el miedo y la cobardía. Obedecen sumisos las consignas del poder. De lo que se trata es de burocratizar para entretener y controlar. Y, además, ahora, con el efecto de la enseñanza defensiva. Las programaciones deben ser aquello a lo que los profesores se pueden agarrar en caso de berrinche de un alumno por ser suspendido. Me niego rotundamente. Los alumnos, en el periodo de reclamaciones, deben venir a aprender de sus errores. Y, en el caso de que el profesor corrigiendo se haya equivocado, pues rectificar la nota. La actitud del alumno debería ser la del aprender. Pero esto ya no existe, el alumno lo único que pretende es aprobar asignaturas. En la ESO aprobaba autmáticamente, ahora, en el bachillerato, una vez viciada su voluntad, quiere que le aprueben. Como digo, me niego, y que los apruebe la inspección, que en definitiva es lo que quieren, enmascarar el escandaloso fracaso escolar en el que nos han metido. Pero, ¡ojo!, fracaso escolar significa ignorancia. Y ésta ignorancia y mediocridad ha llegado ya a los profesores. Y cuando vengan los del Plan Bolonia, con sus clases a la boloñesa, no te quiero ni contar, el acabose. De qué se podrá hablar. Serán replicantes, autómatas que podrán ser sustituidos perfectamente por los ordenadores. Ése es otro de los sentidos de las TIC en los centros, la sustitución del profesorado. Para ello hay que hacer de éste un ignorante y un instrumento. El éxito de la LOGSE ha sido y, por lo que podemos ver en el horizonte, será abrumador. Sólo nos queda la resistencia activa. Una resistencia quintacolumnista. De momento, aunque no se sabe por cuanto tiempo, el acto de dar clase es irreductible, pero ya suenan las trompetas de Jericó contra nuestra atalaya…

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