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Filosofía desde la trinchera

Cuando  la amistad surge del amor por lo eterno, la amistad entre los espíritus más excelsos, entonces las fronteras del tiempo y el espacio no cuentan. Porque los intereses perennes de la humanidad no han cambiado. Tienen que ver con el bien, la justicia, la belleza y la verdad. Cuando son esos intereses los que unen a los amigos, cimentados en la empatía natural, la amistad se trasciende. Pero lo normal es que la amistad sea interesada o mediatizada por intereses particulares. Entonces no se trata de amistad, propiamente dicha, sino de interes o simbiosis, que no está nada mal, pero cae dentro de las fronteras del espacio y el tiempo. Por eso Aristóteles decía que la auténtica amistad se da entre hombres libres. Y esa debe ser nuestra aspiración…

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