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Filosofía desde la trinchera

Muchas gracias amigos y compañeros por sus comentarios. Creo que han desarrollado muy bien y con sugerencias de provecho el tema que se exponía en el artículo. He aprendido de vuestras aportaciones. Jesús, efectivamente el saber clásico ha sufrido una entropía en manos de la tecnocracia actual, sobre todo cuando nos referimos a la pedagogía. Raus, cada vez pienso más en el asunto de Platón. Me gustaría leer tus sugerencias, la verdad es que la democracia nos lleva a un callejón sin salida, como bien observó Platón. Pero su teoría, por muy bien intencionada que fuese, caía en un totalitarismo que anulaba al individuo. Platón nunca creyó en él. Ya sé que el ciudadano es una construcción social y que procede, fundamentalmente, de la ilustración, y que, probablemente, no todos quieran esa carga. En tanto que ciudadano significa ser autónomo y libre. Pero es preferible un estado de derecho a una tiranía. Además, la actual sociedad es bastante similar al estado platónico. Lo que se da es un gobierno tecnocrático, tanto a nivel económico, como pedagógico. Las elecciones no son más que pura transición. Pero, de todas formas, estamos en un estado de derecho, no realizado, por supuesto, pero ahí está. De todas maneras, insisto, en que sigo dándole vueltas a lo de Platón, porque, en definitiva, el hombre necesita de mitos para sobrevivir. La sociedad platónica se basa en el mito de la caída, la nuestra en el del progreso. Dos caras de la misma moneda. Atticus, muy interesantes tus reflexiones. La filosofía es un saber práctico y, en tanto que tal, un saber del arte del buen vivir, pero no se queda ahí. Efectivamente, el saber filosófico es un saber transformador. Y eso es muy relevante. Si entendemos la filosofía de un modo genérico, como un saber cosmológico, o como cosmovisión, ello implica que esa visión general del mundo y de la vida produce una actitud ante la realidad y esa actitud, una forma de valorar que implica, siempre una acción. Por eso es necesario estar vigilantes, porque hay muchas filosofáis peligrosas que han generado totalitarismos. Hoy en día vivimos bajo la capa del posmodernismo, falsa filosofía y peligrosa en manos del poder. Lo pero es cuando las filosofías se convierten en ideologías del pueblo y se hacen inconscientes. Ése es el caso del posmodernismo en las sociedades tardocapitalistas. Por eso es necesario el saber filosófico como saber transformador de la realidad. De ahí que al poder le interese descafeinar el saber histórico y el filosófico. Son enemigos potenciales y peligrosos para el poder. Por eso, Maximiliano, a la dirección de los centros educativos y a la inspección, les suena a chino este tipo de discursos, incluso pueden hacer hasta burlas de él. No tienen ni idea de todo esto. Sólo desde su ignorancia prepotente pueden defender lo indefendible, que no es ni más ni menos que lo que están haciendo. Mariano, por esta razón no lo entienden. Lo curioso es que su realidad es delirante y, desgraciadamente vivimos todos instalados en ella. Y esto es un grabe problema, los tecnócratas que nos gobiernas se recluyen en una apariencia de saber y manipulan los contenidos, casi hasta extinguirlos, para fomentar la ignorancia. El saber histórico-filosófico cobra mayor importancia mientras más cerca estamos de la crisis y mientras más cerca estamos de la quiebra de nuestra civilización. Y esa es nuestra situación. El saber histórico filosófico, como la historia de la ciencia o de la literatura, es un saber de autoconciencia que nos permite recuperar lo universal de la humanidad y que nos hace darnos cuenta de que no hay nada nuevo bajo el sol.

 

            Maricruz, hay que defender las humanidades, efectivamente. Pero yo hablo del espíritu humanista. No creo en la separación entre el saber humanístico y el científico. Esto no es más que una artificialidad burocrática que ha producido monstruos de dos cabezas. Lo de las dos culturas, no es más que un mito. El surgimiento del saber moderno en el Reacimiento nace desde el ideal humanista que contempla a un hombre completo. Es cierto que la especialización impide el cultivo de diversos saberes, también es cierto que cada cual tiene cualidades para ámbitos distintos. Pero la especialización es cosa posterior en la educación. En la enseñanza media debe haber una presentación de todos los saberes, fundamentalmente desde su dimensión histórica, que es donde cobran sentido. Es una cosa que me ha enseñado el estudio y la enseñanza de la historia de la ciencia, tanto a los alumnos de ciencias, como a los de humanidades. En la enseñanza media hay que evitar, en todo lo posible, la especialización. Otra cosa, con la LOGSE-LOE, no han salido perjudicadas sólo las humanidades, sino las ciencias puras también. Y esto es porque a los legisladores no les ha interesado un saber por el saber, sino un saber hacer. La última prueba la tenemos en las competencias, el no va más de la tecnobarbarie.

 

            Efectivamente, Francisco Javier, el siglo XX ha arremetido contra la razón y ha caído en el nihilismo. Lo cual ha favorecido la aparición de los fascismos. El posmodernismo es otra forma de nihilismo que vivimos contemporáneamente. Por eso estamos asistiendo a una emergencia del fascismo, ya estamos instalados en el económico y nos situamos en la antesala del político. Por eso urge recuperar la razón y el pasado. Y por ello pienso que la ilustración es un proceso inacabado. Es atacada por los dogmáticos de la fe y por los nihilistas de la razón.  Emilio, efectivamente, coincido con su análisis, todo este proceso, creo, que obedece al pensamiento débil. Al pensamiento políticamente correcto. Una falsa filosofía que se ha convertido en tiranía. En el lenguaje del gran hermano que estructura nuestro pensamiento y cuadricula nuestra visión de la realidad. Insisto que por eso es necesario recuperar los análisis teóricos e históricos, para recuperar una buena perspectiva y para poder ejercer la crítica desde sus fundamentos, con la intención de que nuestro saber sea un saber transformador. Claro que sí, podemos sustituir, persona por ciudadano. Digamos que persona es una categoría filosófica, mientras que ciudadano es social. Pero realmente, son lo mismo, lo que se conquista en la ilustración es que los individuos sean ciudadanos, hombres libres, desde el punto de vista del sujeto (pensar, expresarse y creer en libertad) y desde el punto de vista social (actuar en la polis conforme a nuestras creencias.) Una cosa si me gustaría matizar, la persona es tal, o el ciudadano, en tanto que es sujeto de respeto, no es instrumentalizable. Ahora bien. Aquí hay que tener cuidado, el respeto es hacia las personas, no hacia sus opiniones. Las opiniones y creencias, así como las ideas, están sujetas al debate público. Muchas de ellas pueden ser peligrosas para la polis y, por ello, no se pueden respetar. La posmodernidad ha confundido el respeto a las personas con el respeto a las opiniones; eso es una consecuencia del relativismo. Y aquí viene también al caso, como muy bien sugiere Juan Poz lo de la cosificación. La posmodernidad, y nuestro sistema particular español, ha trivializado a la persona convirtiéndola en instrumento. Creo que debemos atender muy seriamente a las consecuencias de esto, como señala Juan.

 

            En fin, muchas gracias a todos por vuestro enriquecedores comentarios. Creo que tenemos varias ideas para seguir profundizando en ellas. Saludos.

 

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