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Filosofía desde la trinchera

Perdona, pero es un problema de utilización de palabras. En un descubrimiento científico no hay ideología, sí en la práctica científica. En la filosofía no hay ideología, sí se transforma en tales; es más, es de ahí, de la filosofía, de donde proceden. Por eso los problemas en el fondo son filosóficos porque muchas de las ideologías que engendran determinadas filosofías, cuando llegan a la práctica, y el poder hace uso de ellas, son nefastas, estrictamente criminales. Incluso, por ejemplo, el pensamiento de que la ciencia es el único discurso válido que tuvo lugar en las tres primeras décadas del siglo pasado y que hoy en día pervive más de lo que debiera y, además, le interesa al poder económico, procede de la filosofía analítica o neopositivismo lógico. Pues bien, este es el caso en el que una filosofía encargada del análisis del lenguaje se transforma en una ideología llamada el cientificismo, cuasireligioso y tremendamente peligroso porque transforma al hombre en un ser unidimensional y facilita el camino hacia la dictadura y el fanatismo sirviéndose el poder del discurso científico no para el descubrimiento, sino para el adoctrinamiento. En esa situación nos encontramos hoy en día y por eso podemos hablar de la religión de la tecnociencia y, más concretamente, del digitalismo. Es lo de “La nueva ciudad de dios” que defiende Andoni Alonso en su obra del mismo título en la que compara la tesis agustiniana de la llegada de la ciudad de dios a la tierra y el triunfo sobre el mal y el sufrimiento al vencer a la ciudad terrenal con la situación actual. Un saludo y es un placer.

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