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Filosofía desde la trinchera

Aprender hábitos, costumbres, orden. Eso es la disciplina, no tiene nada que ver con el castigo, ni la violencia ni la represión, sino con la canalización. Porque educar es guiar ejemplarmente. Y sobre esa base surge la creatividad, no desde la nada como piensan los nuevos pedagogos. Sin autoridad y disciplina no hay educación, ni respeto, ni ansia por saber y por querer ser mejor y llegar a la excelencia.

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