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Filosofía desde la trinchera

Evidentemente lo que se nos está proporcionando desde la ciencia es otro mito mesiánico. Y el problema de este mito mesiánico es que mientras perdemos energías en la creencia y la espera de este mito alimentado por el mito del progreso y la religión del cientificismo, perdemos la posibilidad de resolver y enfrentar los problemas reales a los que la humanidad se presenta. Esto no es más que charlatanería. Y lo digo desde el más profundo amor a la ciencia y al conocimiento. Pero es que estos señores, en nombre de la ciencia, han invadido el terreno de la filosofía y la ética a las que, previamente, han declarado muertas y desaparecidas en combate. Esto no es más que un reduccionismo simplón y una huida hacia adelante. Me quedo con el segundo volumen de Jorge Riechmann de su trilogía de ensayos sobre la ética de la autocontenciaón. “Gente que no quiere ir a marte”.

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