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Filosofía desde la trinchera

Excelente reportaje. Coincido con todo lo que tu colega arquitecto sostiene. Y, además, con temple y tranquilidad, que a mí, por mi carácter irascible, me faltarían en sus tremendas circunstancias. La verdad es que no sé si yo tendré algo que ver con esto, creo que sí y que no. Creo que sí porque somos nuestra generación la que os ha dejado este panorama invivible y sin esperanzas, que es lo peor en la juventud, no tener esperanzas. Creo que no porque siempre he luchado contra ello. Siempre he pensado que el orden establecido no era el correcto. No ya el sistema en su totalidad, que son palabras mayores y vacías, entelequias, pero sí parte del sistema. Nunca he entendido el lucro con la medicina, tanto personal como corporativa o multinacional. Lo mismo me ha ocurrido con la arquitectura. Creo que, tanto la medicina como la arquitectura tienen que ver con lo más humano, ya te lo he comentado en otras ocasiones. Eso significa que deben ser trabajos públicos. El arte que pueda surgir del arquitecto es fruto de su propia excelencia, no del mercado y no debe estar sujeto a cobro. Me dirás que soy un ingenuo, que no conozco el tema, efectivamente, por eso puedo hablar sin contaminación ni prejuicios. El buen hacer del medico, su trato humano, su humanismo, su ética, que no deontología, que ese es su deber, eso entra dentro de su excelencia, virtud, y no se cobra, es algo que está entre el medico y el paciente. Y lo mismo digo del profesor…y este tema, por desgracia, me lo conozco demasiado bien. En fin, que lo que estoy defendiendo es un socialismo de los bienes comunes como son la vivienda, la salud y la educación. Ningún arquitecto se quejaba cuando ibas a hacer una obra en casa, una tontería de nada, y no te rías, porque lo sabes, y se te exigía la firma del arquitecto, total medio kilo más la obra. Eran los buenos tiempos. Un proyecto que el maestro de obras lo hacía en una hora y el arquitecto en la mitad de la mitad, o no lo hacía, y acataba lo del maestro de obras y se llevaba el medio kilo. Lo mismo digo de los médicos. Una consulta, 200 euros, o 100 un especialista normal. Y luego las pruebas, los análisis, nueva consulta, vamos como para perder la salud el dinero y la santa paciencia... O los derechos de autor de gilipollas como Alejandro Sanz. En fin lo que vengo diciendo desde siempre, por eso te digo que me siento culpable porque el mal está ahí y es fruto de mi generación, pero no del todo, porque siempre he dicho lo mismo. La inmensa mayoría de los que estudiamos, escribimos, publicamos, hasta pagamos por lo que hacemos… Escribir esto me ha costado poco tiempo, sí trabajo… pero, ¿sabes cuántas horas hay detrás de reflexión y de estudio para decir esto a las que no les pido su rendimiento económico, porque han sido un placer intelectual? Pues esa es la cuestión. Arquitectos, médicos, abogados, todos funcionarios públicos…después vendrá la excelencia. Son muchos los profesores que publican grandes obras, que hacen grandes avances científicos e, incluso, han ganado grandes premios, hasta el Nobel, sin dejar de ser, eso, funcionarios. Es decir, servidores públicos.

            Como te digo, coincido con todo lo que dice el reportaje, pero hay que ser más radical. Y que lo sea yo a mis cuarenta y muchos, pues, no sé, no sé. En fin, que llevo un mes sin dar clases y uno ya echa de menos estas cosas. Un abrazo.

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