Y que lo digas. Eso último de la burocracia y el estado de vigilancia es tremendo. Hay un documento, en la página que te digo, sobre acciones para recuperar la libertad de cátedra, cosa que hemos ido perdiendo con tanta reforma de papel que no pretende más que controlar. Una de ellas es no rellenar, o hacerlo como uno crea que es de sentido común, ni un solo papel o documento absurdo. Es decir, cierta desobediencia civil. Yo ya lo he hecho. De momento las consecuencias han sido menores, ya veremos a ver en el futuro. Ya sólo nos queda, y muy deteriorada, la privacidad del aula… escribir en España es llorar, pero, ¿y pensar y enseñar?… Y cuando llegue la hornada de profesores del plan Bolonia, con su master psicopedagógico a las espaldas y cuatro ideas generales de su carrera…total, para lo que hay que enseñar: destrezas y competencias, pues tú me dirás…
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Todo régimen totalitario se caracteriza por una proliferación de la burocracia. Una de las muestras más evidentes del totalitarismo débil en el que hoy vivimos es la burocratización en la enseñanza. Toda burocracia no es más que un sistema de control, por un lado, y una forma de entretener en tareas hueras y absurdas a los ciudadanos. Burocracia y libertad son antagónicas.
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