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Filosofía desde la trinchera

De nuevo se nos ofrece en el santoral laico, una proyección de nuestro espíritu religioso a ultranza, la ocasión de celebrarnos con algo. En definitiva de recordar algo que no cumplimos o que tenemos olvidado, o que sabemos que anda mal. Que si el día de la paz, que si el del medioambiente, que si esto, que si lo otro. Todo aquello que está descuidado es digno de celebración. Valiente hipocresía la nuestra. Hoy es el día del enseñante, o habría que decir, plíticamente correcto, profesor/a, una estupidez y una hipocresía. Pero vamos a lo nuestro. Resulta que en las páginas de tribuna de El País, el periódico de más tirada de España, y de esta izquierda Ligh con capacidad de gobierno, esto es que ni izquierda ni nada, pues resulta que se despacha el señor presidente Rodríguez Zapatero haciendo un elogio del desarrollo de la enseñanza en España. De la conquista de la universalidad del sistema reenseñanza, de la calidad del mismo, del esfuerzo del profesorado. En fin, una cantidad de mentiras a cual mayor. Nuestro sistema de enseñanza, fundamentalmente gracias a las reformas del partido socialista, es una auténtica basura. Es un criadero de mediocridad, de falta de respeto, de relativismo moral y epistemológico, de estrés y depresión del profesorado. De falta de virtud en discentes y docentes. Y todo ello potenciado por una ley que ha creado el espacio social para que este desmadre y hecatombe de la enseñanza pública en España sea una realidad de la que no nos veremos libres en muchos años, si es que es ya posible. Las sucesivas leyes de enseñanza, sobre todo, LOGSE y LOE, han eliminado la virtud y la excelencia y la han cambiado por la mediocridad. La universalidad de la enseñanza, que podría haberse realizado de otra manera (la enseñanza es un derecho humano que, además, nos conduce a la libertad) se ha hecho a costa de la eliminación de los conocimientos. La progresiva pauperización de los contenidos. La autoridad ha sido sustituida por la desfachatez, la sabiduría, por la vulgaridad y el relativismo. Los contenido por las competencias básicas. Se ha construido un saber meramente artificial para tener contentos a la ciudadanías ofreciéndoles apariencias de libertad mientras que sus consciencias quedan atadas y bien atadas. Un atajo de borregos, sin identidad y sin capacidad de proyecto vital. Esto es lo que al poder le interesa. Y éste es el objetivo de sus reformas. Los profesores debemos de luchar contra ello. Hacer uso de la excelencia y la autoridad moral e intelectual, no claudicar. Nuestra tarea es la de transformar a un simple homo sapiens en una persona, en un ser libre. No en una pieza perfectamente adaptable al sistema. El poder domestica a los ciudadanos a partir del sistema de enseñanza. Los profesores, en nuestro uso público de la razón, la capacidad de criticar ilustradamente, debemos trascender la voluntad de poder del estado, mostrar la farsa, la irracionalidad. Enseñar el camino de la libertad. Mostrar la validez del conocimiento y su relación con el ser libre. Mostrar su ignorancia y su esclavitud para que miren el final del túnel. Basta de triunfalismo político demagógico y esclavizante, basta de lenguaje y verborrea pseudocientífica de psicopedagogos. Conocimiento, virtud, respeto, tolerancia, libertad, excelencia. Éstas son las claves.

 

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