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Filosofía desde la trinchera

 

            Gracias Manolo por tus palabras. Eso me anima a estar a la altura de lo que dices. El problema es que la mediocridad hoy en día en la educación es horrorosa. Llevo 24 años enseñando y éste es el primero que literalmente me he aburrido. Los alumnos, en su inmensa mayoría, son como cajas vacías que sólo se miran su ombligo. Están los que yo considero blindados genéticamente contra la LOGSE, estos me hacen llevadero el asunto de la educación. Filosofar es comunicar, dialogar, aprender uno de los otros. El profesor aprende cuando enseña. Los libros que llevo escrito proceden de diverso sitios, pero uno de ellos es el aula. Ahora bien, cuando la comunicación entre el profesor y los alumnos se corta, entonces la filosofía se hace imposible. Y, hoy en día, en el que la filosofía, como la ciencia básica, es necesaria, pues precisamente está casi ausente de la sociedad. Los valores que imperan son antifilosóficos y los centros de enseñanza son un fiel reflejo de la sociedad degradados todavía más con las leyes de educación que padecemos. Pero el filósofo es un pedagogo impenitente –los enemigos dirán impertinente- así que seguiremos en la brecha…

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