Señor Carlos, no tiene usted ni idea de lo que dice. Primero, los profesores han sido culpabilizados del fracaso escolar por muchos sectores. Segundo, a un colectivo no se puede juzgar en su totalidad. Habrá quien lo haga más o menos bien y quien lo haga más o menos mal. Sin embargo, una ley, como la LOGSE-LOE, si puede ser juzgada, analizada y criticada. Además, debe saber usted, que una ley es un marco de acción social, que abre un abanico de posibilidades de sociales y cierra otros. Las leyes son tremendamente importantes, porque son las que vertebran la praxis social. Y también son importantes las ideas, ideologías, intereses y creencias que están detrás de las leyes. Y son todas estas cosas las que analizamos aquí. El análisis del profesorado, así como el del alumnado, es cuestión de evaluación subjetiva; esto es, de cada sujeto, que para eso somos personas, no instrumentos, tanto los alumnos como los profesores. Y, en cuanto a lo de la profesionalidad, pues mire usted, es una palabreja que no me gusta nada, me suena a instrumentalización de la persona, a sociedad tecnificada. La labor del profesor y el maestro es una mezcla de saber y virtud. Es decir, que tiene que ver más con la vocación, el humanismo y el arte. La profesionalidad, absolutamente necesaria, la dejamos para las actividades instrumentales, económicas y empresariales. En cuanto a su última aserción, me parece muy bien, pero incompleta. La política educativa no es que no me importe, sino que me coacciona y, como la considero perjudicial para el alumno y para el profesor y, por ello, para la sociedad en su conjunto, me rebelo contra ella, haciendo un uso crítico de la razón, e, incluso, desobediencia civil. Pero, sí, es cierto, lo que me interesa son los alumnos, pero no que sean más listos que yo, de estos habrá muchos, otros no; sino que lo que me importa es que conquisten la libertad. Con ello quiero decir, que lleguen a ser dignos y autónomos, que decidan y piensen por sí mismos. Y el vehículo más importante para conseguir esto es el conocimiento. Disculpe, pero soy un viejo ilustrado y sigo creyendo en la posibilidad de esos valores universales que deben ser transmitidos por el profesor, pero no como un simple profesional que trata con objetos, sino como persona que trata con personas, es decir, sujetos, fines en sí mismos.
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