Todo sistema totalitario tiened a eternizarse y hacerse omnipresente y considera cualquier alternativa como herejía. Pero recordemos que herejía es pensar de otra manera y no hay forma de dialogar si no se piensa de otra manera. La esencia de la democracia es la disidencia. Todo sistema, por muy democrático que se presente, que elimina la disidencia, por los métodos que sea, violentos o no, es un totalitarismo. Las democracias actuales son un claro ejemplo de ello. El colmo de la opresión y la eliminación de la libertad de pensamiento es cuando se piensa, incluso, que no hay alternativas. Éste último pensamiento es el de la mayoría de la población, prueba irrefutable del estado totalitario en el que vivimos. Vivimos en democracias clausuradas, lo contrario de la democracia que debe ser una sociedad abierta. Pero la apariencia de pluralidad y de libertad de pensamiento es cada vez mayor. Ahora, incluso, con las redes sociales. Falso, toda tecnología amplifica la realidad social material. Las nuevas tecnologías no son el detonante de nada, sólo amplificadores. No nos dejemos engañar con el pan y el circo de las nuevas tecnologías.
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