No sé exactamente lo que dices. De todas formas ya llego tarde, empieza el uso de la fuerza. El poder calla a la ciudadanía bajo el lema del sacrosanto orden público. Una mamarrachada totalitaria dentro de una democracia que no es tal. Esto se veía venir, había que esperar. La cosa empezará a tomar otro color, sobre todo porque, tarde o temprano, las medidas contra la ciudadanía, el estado de bienestar, la democracia, los derechos humanos…se irán incrementando. Por la crisis, en la cual manda el mercado y por la derechización del mundo. España se ha vuelto de derechas ahora, de nombre, antes lo era de hecho. A la izquierda le queda mucho recorrido y a los movimientos civiles también. En las asambleas todo es muy complejo. La inmensa mayoría de la gente, opina, no piensa. No creo en una democracia asamblearia, sí, quizás, en una república. He huido de las asambleas como de la peste, simpre. Producían demasiado ruido en mi inteligencia. Al final hay que decidir y el que tiene más poder se lleva el gato al agua. El movimiento del 15 M es, más que nada, simbólico, no creo que pueda surgir nada de él, en tanto que propuestas. Por una razón muy sencilla: está en el margen del sistema, no representa ninguna institución, ni es asumible por ninguna de las que existe. Lo importante de él es que sea grande, que cause “desorden público” e, incluso, desobediencia civil. Que sea tan profundo que llegue, incluso, a las elecciones. Ello haría posible que los políticos cambiasen de verdad la política. No como ha ocurrido ahora, que han instrumentalizado el movimiento. Siento mi pesimismo, pero ya me conoces. Con los mimbres de la condición humana poco podemos haer…pero bastante lejos hemos llegado. Tanto que ahora somos conscientes de que estamos retrocediendo en nombre del progreso, claro, el económico financiero… de lo que se deduce que hay que seguir insistiendo y seguir luchando por la dignidad humana. Todo está en la Ilustración, y si me apuras, en Sócrates…
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