El caso es que siempre ha habido colapsos civilizatorios de origen ecológico (productivo y de recursos), como sostiene Desmond. El problema es que si en nuestro caso ocurre, por falta de soluciones e ideas, será un colapso global. Nunca hemos estado en una encrucijada tan universal. A esto debe responder la última pregunta kantiana, ¿Qué podemos esperar?, no ya en el más allá sino en el más acá de nuestro futuro.
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