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Filosofía desde la trinchera

La relación entre el rótulo del asunto y el titular del periódico no tiene sentido y menos con el contenido de la noticia de El mundo de donde se saca. Cada día veo más conspiraciones en la historia, sobre todo si leemos la historia en su intrahistoria. Pero los periodistas y los historiadores no deben perder de vista la racionalidad y, menos animar las falsas pasiones. Nos gusta un mundo perfectamente interpretado y por eso buscamos explicaciones. Lo que debemos hacer es ver lo que se señala dentro de un movimiento u otro.  Es curioso, la teoría del caos de Lorenz, una teoría matemática y determinista, pero que toma en cuenta lo que se llaman procesos no lineales, dice, en su versión popular, "el vuelo de una mariposa en Brasil puede provocar un huracán en Florida". Es decir, que el conocimiento de las condiciones iniciales de un sistema caótico (como es el tiempo y la sociedad) no es suficiente para predecir su desarrollo futuro, a pesar de ser causal. Pues lo mismo, suponiendo la verdad de la manipulación de este movimiento, como también ocurrió en cierta forma con la revolución francesa, pero a lo gordo y sin comparar una cosa con la otra porque una cosa es acabar con un régimen, el antiguo régimen, y otra profundizar en la democracia, régimen ya existente; es decir, a lo que iba con lo de el caos,  un pequeño detonante provoca una gran explosión. Periodistas pagados buscan la fundamentación de su ideología o, mejor, la línea editorial del medio para el que escriben, políticos descolocados de la realidad de cada día buscan criminalizar cualquier movimiento de protesta que se salga de los canales presuntamente oficiales, los partidos y los sindicatos. Es muy curioso este engaño porque el derecho a la concentración, y a la formación de grupos ciudadanos, sin pertenencia a ningún partido político, están contemplados en la constitución. ¿Por qué se ponen todos tan nerviosos? Pues porque temen perder el control. Porque vivimos en una partitocracia oligárquica y los medios de comunicación de masas son los vehículos de transmisión de lo políticamente correcto. Disculpa, Rafael por la parrafada, pero no es más que un ejercicio para aclararme yo mismo las ideas. Muchas gracias por la información.

 

Juan Pedro.

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