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Filosofía desde la trinchera

Los medios de comunicación persisten en la desinformación, el ocultamiento del pasado y en su transformación para adaptarlo al presente, para adoctrinar y adormilar a las conciencias. El estudio de la historia y la historia de las ideas es imprescindible. Pero el saber ya no es el objetivo de la educación. Es curioso. Se habla de que estamos en la sociedad del conocimiento, en la sociedad más preparada y, por otro lado, los prejuicios y las creencias abundan por doquier. Parece que el saber adquirido en la secundaria y el bachillerato les ha resbalado por entre las circunvoluciones cerebrales a los alumnos. Todos ellos prestan más atención a los medios de desinformación de masas y creadores de falsos valores que a la enseñanza. Es el fracaso del optimismo ilustrado. La educación no garantiza de forma automática la ilustración. Y más, si la educación no está dirigida a la consecución del saber, con lo que ello implica éticamente.

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