«En teoría soy un santo que ama a todos los seres humanos y en la práctica soy un egoísta que quiere que no le molesten». Hermann Hesse.
La doble condición humana, "la sociable insociabilidad", que en unos se acentúa más que en otros. Pero es curioso que grandes filántropos son en la vida concreta: solitarios, egoístas, huraños y celosos de su tiempo. Sólo la santidad o la sabiduría (según hablemos desde lo religioso o desde lo profano) unifican esta escisión.
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