Efectivamente, tienes toda la razón. Cuando escribía me daba cuenta de que también la inercia y la cobardía nos llevan a seguir viviendo. Y por supuesto suscribo tu idea de que la vida es un don o derecho, pero no un deber. Esta es la herencia de la ética cristiana. La vida nos viene dada por dios, por tanto no nos podemos rebelar contra ella. Hoy el estado, negando la eutanasia y medicalizando la vida, se hace el valedor de nuestra propia existencia, transformando la vida en un deber y, además, diciéndonos cómo debemos vivir. Gracias por tu aportación.
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