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Filosofía desde la trinchera

 

            Es necesario recuperar la memoria histórica para conquistar la tolerancia.

 

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            El famoso cosmólogo Hawkins acaba de publicar una obra “La ilusión del designio” en el que se atreve a decir que dios ya no es necesario. En su más conocida obra de divulgación hacia compatible la existencia de dios con los conocimientos físicos. Ahora se desdice y nos cuenta que con las nuevas teorías de supercuerdas es posible concebir la existencia del universo, el comienzo a partir de la nada. Es algo así como una fluctuación cuántica, con lo cuál no es la nada podría explicar el principio del universo, al menos del nuestro, porque la pluralidad de los mundos o el multiuniverso es otra perspectiva nueva en las ciencias cosmológicas. Habría tantos universos como historias cuánticas posibles, lo que sucedería es que las leyes que regirían en cada uno de esos universos serían distintas.

 

            Me gustaría hacer unas precisiones sobre estos asuntos. En primer lugar, los periodistas utilizan esta noticia desde la más absoluta ignorancia, tanto de la física, como de la filosofía. Lo que pretenden es crear un espectáculo. Desean una confrontación absoluta entre ciencia y religión del modo más simplista. El discurso religioso y el científico son diferentes. Sólo tienen coincidencias cuando la religión intenta explicar el mundo. Dios no es un objeto, luego excede a la ciencia. La ciencia no se cuestiona nada sobre dios. Ahora bien, lo que sucede es que las explicaciones científicas anulan el discurso religioso, cuando éste intenta explicar el mundo. Por otro lado, creo que el propio Hawkins quiere darse propaganda, hacer su libro más provocador. Para mí comete dos errores. Primero, el cientificismo. Pensar que el único discurso verdadero es el de la ciencia, esto es una constante en toda su obra. En segundo lugar, las críticas a la religión, son muy antiguas y no tuvieron necesidad de la ciencia para ser tremendamente poderosas. Las encontramos en los hinduistas, jansenistas, y en los griegos, los sofistas y, después, los escépticos, sin olvidar a los epicúreos. El surgimiento de la ciencia, tanto en Grecia, como después en el renacimiento, vuelve a enfrentar dos discursos. Pero, también, dos formas de poder que estaban en juego: el del clero, frente a la burguesía emergente. Las cosas no son tan sencillas. Desde luego que, para mí, el discurso racional, siempre provisional, anula la existencia de un ser objetivo creador del universo. Pero la religión, no es sólo esto, es un estado de la consciencia. Probablemente un estado necesario en nuestra evolución. Somos animales de creencias que necesitan de historias para dar sentido a su existencia. Pero, además, esas historias dan un orden moral que fija los rudimentos de la vida moral. La ciencia física, por sí sola, no elimina todos estos aspectos de la religión. Ahora bien, el discurso racional y filosófico puede explicar todas estas dimensiones. Pero todo ello no va a eliminar la actitud de creencia en el hombre. La creencia es un modo de funcionar la mente o el cerebro humano. Incluso creemos en la razón. El fundamento del conocimiento racional es la confianza en la razón. Por eso la razón es limitada y el conocimiento científico conjetural.

 

            El hombre inventa a los dioses porque le son necesarios para su existencia. La religiosidad es una realidad profunda de la naturaleza humana. La desaparición de las religiones tradicionales da lugar al surgimiento de nuevas formas religiosas, incluido el cientificismo del que peca Hawkins. El análisis de la religión debe ser profundo e interdisciplinar. La física, la cosmología, en este caso, no es más que un argumento. La verdad es que los argumentos teológicos a favor de la existencia de dios no han variado desde Tomás de Aquino. Incluso, el argumento del diseño inteligente, no es más que la reformulación de la quinta vía. Si hay un orden debe haber un dios ordenador, dicen. Todas las argumentaciones son vulnerables y, además, dan un salto cualitativo. En primer lugar, acuden a una causa incausada, un motor inmóvil, un ser absolutamente necesario, un ser absoluto y una causa final. Pero, nada nos impide pensar que el universo sea eterno, porque, de lo contrario, trasladamos la justificación del universo a la de dios. Si dios es la causa y el origen del universo, de dónde procede dios. La respuesta es que dios es eterno e inengendrado. Pero, qué impide que el universo sea eterno, o cíclico. Esto, en primer lugar, pero por otro lado, todas las pruebas dan un salto cualitativo. Identifican la causa incausada, la causa final, el ser necesario…con dios. Pero, ¿qué dios? Porque hay muchos. Y sino de dónde vienen las guerras de religiones. En dios se cree y cada uno tiene el suyo particular. Porque la creencia es una cuestión particular. No se puede demostrar la existencia de dios, porque es algo subjetivo, no es un objeto, que diría kant. Pero al no ser un objeto queda fuera del ámbito de la ciencia. En verdad, la ciencia, no necesita de dios, pero no ahora, sino desde que aparece. Porque el objetivo de la ciencia es explicar el mundo a partir de la razón. Otra cosa es que haya científicos creyentes. Y esto se explica, precisamente, porque, como dijimos, la naturaleza humana es religiosa. El hombre es un ser de creencias e historias que recrea el lenguaje produciendo una realidad simbólica. Por eso la religión es simbólica. Su realidad reside en la propia naturaleza del lenguaje. Pero no debemos de olvidar que todo el pensamiento racional tiene su sede en el lenguaje. El lenguaje es el que objetiva la realidad. La objetividad es una recreación del lenguaje, no una separación entre el hombre, sujeto cognoscente, y la “realidad”. La realidad es siempre construcción. Lo que sucede es que la ciencia nos muestra una realidad intersubjetiva, la creencia es sólo subjetiva, aunque exista una comunión de creencia. Esta comunión de creencias tiene como referencia una serie de historias mágicas y míticas en las que se cree. Y aquí subyace la dimensión de delirio que hay en la religión. Lo que ocurre es que no es reconocido como tal por ser compartido. Pero este es ya otro asunto, así mismo,

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