Bueno, si iglesia de base no es jerarquía, pues estamos de acuerdo. Pero hay un problema. La iglesia institucional es jerárquica. Los grupos de base forman iglesia en el sentido teológico de la palabra, el “pueblo de dios”. Pero no en el sentido histórico, político y cultural. Por eso me refiero a esa esquizofrenia. Aunque, si quieres, puedo ser más suave, vamos a hablar de tensión interior de cada creyente perteneciente a la iglesia de base con respecto a la institucional. Esa tensión es innegable que exista y puede llegar a convertirse en esquizofrenia, imposibilidad de comunicación. Lo que sí es cierto es que si no se acaba en esquizofrenia, ni en hipocresía se estará en tensión permanente porque es la humana condición. Dicho de otra manera, no es posible un pueblo de dios en la tierra. Como decía Kant, hasta un pueblo de demonios necesita de normas para regirse y, de ahí surge la institución, el poder y la jerarquía. Es el fuste torcido de la humanidad. Ahora bien, si hacemos una lectura de una ética apocalíptica, anunciadora del fin de los tiempos, de los evangelios, entonces no es necesaria la iglesia como institución, sólo la creencia incondicional y el abandono de todo porque el fin de los tiempos es inminente. Pero esto, además de refutar el evangelio, porque no ha ocurrido, entra en contradicción con ese otro mensaje, que a mi me gusta más, que es el del sermón de la montaña y el de la parábola del samaritano. Ambos constituyen una base de la construcción del concepto de dignidad humana base de los derechos universales del hombre. Saludos de nuevo.
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