Para mí no creo que sea muy importante, sí para toda la industria del periódico y del libro, el formato en el que vayamos a seguir leyendo. Pero lo que sucede es que éste nuevo formato dará lugar a la disolución del libro como tal. Cualquiera puede escribir y publicar en la red. Si a esto le añadimos que la lectura en la red es superficial y no lineal, entonces, lo que se nos avecina es una nueva mentalidad en la que, entre otras cosas, lo histórico carece de sentido, lo único válido es el instante, que a su vez, es absolutamente efímero. Me reitero en que, a pesar de los avances tecnológicos, la seducción de las nuevas tecnologías, que están hechas para eso, para seducir –nuevo opio del pueblo- la estética del mundo contemporáneo es fea, vacía, efímera, superficial y subyugante, nos esclaviza.
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