Efectivamente, estimado Antonio, yo tampoco estoy de acuerdo con lo que afirma sobre la juventud y con algunas cosas más. En realidad, y el otro día escribí unas líneas sobre ello, eso que se dice de la juventud es un mito auténtico. La enseñanza secundaria y la universidad son mediocres y los valores imperantes en la sociedad nada tienen que ver con el conocimiento, la virtud, la voluntad y el esfuerzo. En deseducativos escribí un par de artículos sobre este asunto. Los valores que imperan son los que emanan de la posmodernidad, el éxito efímero, el hedonismo ramplón, el egocentrismo nihilista, el relativismo del todo vale…Nuestra juventud tiene títulos pero no está preparada para ser auténticos ciudadanos, sino para acoplarse al sistema y clonarse. No le interesa el saber por el saber, ni el saber para transformar el mundo, ni la justicia, porque todo vale. Sólo se adora un nuevo ídolo, el dinero, que es el que le puede proporcionar el placer pasajero. Es una juventud con conocimientos técnicos, un saber hacer, pero sin conciencia ni social ni epistémica de su saber. Y esto es una verdadera pena, porque el mal empezó con la LOGSE y ha sido un desperdicio de inteligencia, entusiasmo, ilusión, en lo que a los jóvenes se supone; y una pérdida de dinero público en lo que al estado se refiere. Un auténtico desastre.
Un abrazo.
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