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Filosofía desde la trinchera

El sentido de la existencia se lo plantea el hombre porque es consciente del límite. De otra forma no hubiese aparecido el pensamiento mágico, el mito y la religión. El hecho de que a mayor edad uno se plantee más el asunto de la muerte es una opinión banal y sin fundamento. Es curioso que el índice de suicidios es mayor entre jóvenes que entre adultos, salvo circunstancias sociales especiales como ahora, la crisis. El libre albedrío, mejor la libertad, para entendernos o la voluntad dan sentido a la existencia, pero claro, siempre en la medida en que ésta es limitada, sin límite, insisto, no hay referencia. Y el límite, no es cronológico como tú te lo planteas, eso es una distorsión psicológica de la juventud. La juventud no suele tener presente la muerte porque biológicamente tiene presente la supervivencia, la procreación. Y no es una contradicción con lo del suicidio de antes. En la juventud hay un planteamiento más radical de la existencia. Pero, a lo que iba, por supuesto que la libertad es o forma parte del sentido de la existencia. Pero yo ya había dicho eso cuando dije que la vida es tarea, una obra de arte o, al menos, una obra única. Pero la libertad tiene varios sentidos. Te menciono sólo dos. El primero es el de la obediencia. Libertad es hacer lo que se debe hacer. No lo voy a explicar ahora porque no es el sentido que viene al caso. En segundo lugar la libertad es la idea y las acciones que conllevan un proyecto de vida. Y aquí aparece el límite. Todo proyecto se realiza sabiendo que es limitado, que tiene fin. Insisto, también he dicho que nuestro estado psicológico, sino no podríamos vivir, es el de que la muerte nos es ajena. Vivimos y actuamos como si no fuésemos a morir. Pero en nuestro fuero interno lo sabemos y llevamos una existencia auténtica cuando sabemos que somos seres para la muerte, por más libertad que tengamos, que, por otra parte, no es tanto como tú piensas. La muerte es algo inminente, que nos puede ocurrir en cualquier momento, no es menester ser viejo para ello. Sólo desde que se descubrieron los antibióticos cambió la percepción, los niños dejaron de morirse, pero antes, o en el mundo subdesarrollado mueren muchos más de la mitad de los que nacen y un tercio llega a los tres años. Por otra parte la mortalidad en el parto de la madre es brutal. Tu percepción está contaminada de prejuicios de tiempo, historia y cultura. Para pensar hay que pensar desde lo general, desde el nivel de lo abstracto. No desde mi opinión o percepción personal. La muerte es nuestra compañera puesto que estamos vivos, para el joven y para el viejo, curiosamente he sobrevivido a alguno de mis alumnos. Nada garantiza la persistencia. Por otro lado, la cuestión es que quien lleva una vida auténtica es aquel que si le anuncian que le quedan unos meses de vida, pues no cambia su forma de vivir, porque ya vivía según su proyecto de vida y sabía que tarde o temprano iba a morir. Mientras tanto la muerte le es lejana. Como decían los epicúreos, mientras yo estoy, la muerte no está, cuando la muerte está, yo ya no estoy. Un cordial saludo.

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