La secularización y la Ilustración del mundo islámico es algo que no se puede exportar desde occidente por medio de la guerra y la sangre. El colonialismo hizo un daño tremendo a la posibilidad de esta secularización. Y el poscoloniamismo, lo mismo. Luego vinieron las guerras geoestratégicas y de control de las riquezas energéticas que se recubrieron del mensaje de exportar la democracia a los países musulmanes. Una patraña de los poderosos. El proceso de democratización del mundo musulmán es un camino que deben recorrer por sí mismo los países árabes. Pero es curioso que nosotros, los occidentales, estamos recorriendo el camino al contrario: perdemos democracia, perdemos derecho, perdemos dignidad...nos encaminamos a una nueva Edad Media. Quizás la esperanza esté en la emergencia de los BRICS y, con ello, de un mundo multipolar económicamente que exija, por ello, más democracia y más derechos humanos. Pero la cosa no pinta nada bien. Estamos bajo el influjo del espíritu prometeico. ¿Seremos una especie fallida que arramble con ella misma y gran parte de la biosfera, o tendremos solución? La respuesta está en nuestras manos.
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