La vida como una ilusión. Existe, lo único, la disolución de todos tus átomos en el todo. Desaparece la unidad de la conciencia que es determinada forma de organizarse la materia y se acabó. Eso es la muerte.
Felicidad y tristeza son estados de ánimo. Juicios subjetivos. Cuando desaparece el yo, desaparecen esos juicios, por tanto, también el dolor. Pues eso es la muerte y lo que persiguen las religiones, la eliminación del dolor. La existencia del tiempo es la que marca la felicidad y el dolor. La eternidad es la ausencia del tiempo, por ello no hay ni felicidad ni dolor. Ése es el sentido de la vida eterna que nos promete la religión o el nirvana budista, mucho más realista, claro.
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