Pero hay que tener en cuenta que hoy vivimos inmersos en otra religión que nos impone sus valores a fuego y que tiene sus cientos de miles de muertos diarios. Es la religión del progreso, el cientificismo digitalista, el mercantilismo neoliberal capitalista. Y, todo ello, está perfectamente trabado y unido. No son cosas separadas. Forman un cuerpo ideológico religioso tan peligroso como las religiones tradicionales. Es necesario recuperar el proyecto ilustrado porque lo que vivimos es una Ilustración desbocada.
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