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Filosofía desde la trinchera

El dilema. En el fondo el dilema de la democracia y el partidismo. No creo que la condición humana vaya más allá de una pobre participación. Siempre chocaremos con la servidumbre humana voluntaria y con el miedo a la libertad. Se puede mejorar muchísimo la democracia, que en realidad no hay, pero no podemos salir ni de la condición humana que marca nuestros límites, ni de las garras del poder. La cuestión es cómo se legitima el poder y, desde luego, el concepto de igualdad matemática no nos sirve, pero tampoco la obediencia ciega a un líder carismático. Quizás es que la Ilustración, como autonomía, libertad y pensar por uno mismo, simplemente, sea imposible. De lo que se desprende que es necesario un poder y que éste tiene que autolegitimarse. ¿Cómo?...he ahí la cuestión.

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