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Filosofía desde la trinchera

Sin defender, para nada, ni a ETA, ni a ninguno de sus miembros, ni a su aparato político, a mí, particularmente, el tono de este artículo me parece de una bajeza moral impresionante. Se apela a la venganza, frente a la justicia y es demagógico, se dirige a los corazones en lugar de aportar razones. Creo que se sale totalmente fuera de la ética incitando al odio y poniendo entre paréntesis la ley. Las leyes están ahí, son objetivas y se pueden cambiar si no nos parecen justas. Lo que no se puede hacer es un llamamiento al odio y la venganza porque no estemos de acuerdo con las resoluciones judiciales. Sin ley no hay sociedad. Lo que hay que hacer es participar en la política para que sean las leyes que nosotros queremos las que haya. Y, por muy asesino que alguien haya sido, como es el caso, si ha cumplido su condena, como la ley indica, no hay razón para cebarse con él y llamarle mal bicho y toda suerte de insultos. Lo que se reclama en este artículo es venganza y no justicia y eso es un gran paso atrás en el progreso ético-jurídico. Procede del odio y no de la razón. Se echa de menos una argumentación racional que es lo necesario para ilustrar al pueblo, no demagogia para soliviantarlo.

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