La universidad, ayudada, entre otras cosas por el plan Bolonia, ha llegado a su fin. El conocimiento ya no es la clave de la universidad, sino la utilidad en sentido económico. De lo que se trata es de producir material (empleados) perfectamente adaptados a las exigencias del mito de la sociedad cambiante y del conocimiento. Decía Kant que la universidad se regia por el tribunal de la razón. Hoy en día el tribunal es el de la razón económica. La universidad es un mercado, y un mercado peligrosísimo que crea individuos uniformados y sin identidad, sin capacidad de disidencia ni de sumisión, obedientes y sumisos. Borregos absolutos. Dos cánceres, que ya han corroído la enseñanza media han invadido la universidad, la pedagogía y la economía. Es el último paso hacia el fin de un modelo de conocimiento. Sirva esto como la firma del acta de defunción del conocimiento como conquista de la libertad. Hoy en día, al contrario, el estudiante obtiene conocimientos, qué digo, destrezas, para esclavizarse.
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