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Filosofía desde la trinchera

                                   05 de noviembre de 2009

 

            Suscribo todo lo que dice el señor Leguina, economista y expresidente de la comunidad de Madrid, en su artículo de hoy en el País, mangoneo y corrupción. La corrupción en la política no es generalizada si entendemos que la mayoría de los políticos no se enriquecen de la política. Ahora bien, la corrupción procede de lo que llama el mangoneo; es decir, entrometerse en asuntos ajenos a la propia política, pero que otorgan poder. Éste es el caso de las recalificaciones de terrenos, las adjudicaciones de obras, las decisiones sobre cargos en empresas privadas y cajas. En fin, todo esto que todos sabemos. Esto no es corrupción desde el punto de vista legal, pero sí desde el moral y democrático. Pero la corrupción empieza en los partidos políticos y acaba en los ciudadanos, me refiero a la corrupción moral. Los partidos políticos no son internamente democráticos, y esto lo exige la democracia y la constitución, son financiados privadamente, con lo cual están sujetos a favores. Sus listas son cerradas y los parlamentarios están obligados a la obediencia de voto, con lo que no son más que convidados de piedra del grupo parlamentario. Se elimina la disidencia y la crítica, se reafirma el autoritarismo. Los partidos tienen en sus manos resolver estos problemas, pero no lo han hecho, no lo hacen, ni lo harán, porque esto es perder poder y privilegios. Los políticos son peones de poderes fácticos más abstractos y poderosos. Para el cambio democrático sería necesario una regeneración de la democratización de los partidos en profundidad. Pero el mal se hace casi irresoluble cuando la corrupción afecta a la propia ciudadanía en la media en la que ésta la consiente. Los ciudadanos no castigan a sus partidos, se mantiene fíeles al voto. El ciudadano es el último responsable de la política que tenemos. Si esto se mantiene así, la regeneración de la vida democrática y política es imposible. La partitocracia oligárquica se seguirá imponiendo y pronto será demasiado tarde, el sistema de control de las consciencias está en marcha y la caverna de las apariencias está abierta para todos junto con las cadenas de la ignorancia.

 

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