04 de mayo de 2010
En torno a una crítica en un escrito mío sobre educación de la “mariconada”
Ya sé que el lenguaje está cargado de valores y tiene sus significados sexistas y homófobos, pues así ha sido y es nuestra tradición cultural de base, fundamentalmente, cristiana. Pero cuando he utilizado este calificativo no quiero darle ningún significado de este estilo. Defiendo las diferencias y el derecho y la identidad de cada cual. Pero no podemos caer en la trampa de un lenguaje aséptico porque eso no existe, además, de ser otra forma ideológica de poder. Y eso es lo que está pasando con los libros de literatura infantil cuando son abrazados por lo políticamente correcto. De todas formas, estoy dispuesto a cambiarlo, aunque creo que es necesario fijarse más en los contenidos que en lo meramente formal. Pido disculpas si mi calificativo hace daño a algunos. Pero, insisto, hay que ir más al fondo…
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