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Filosofía desde la trinchera

¡Vaya con la sentencia! Es formidable. No conocía esa faceta tuya. Tres conceptos íntimamente ligados. Parecería que has leído a Kant. Autenticidad, responsabilidad y libertad. Llevo años intentando explicarles a mis alumnos la unión entre estas tres ideas. La libertad es cargar con la responsabilidad de lo que uno decide. Por eso la libertad es autenticidad. Es decir, el hombre libre es coherente y consecuente. Y la libertad emana, precisamente, de esa obediencia. La libertad no es hacer lo que nos da la gana, sino lo que debemos. Lo primero es el mero capricho, pasión; por tanto, esclavitud. Lo segundo es ilustración. Atreverse a pensar (ser) por ti mismo; por tanto, libertad.

 

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A la huelga no por los sindicatos, sino por sentido común. El fracaso de mañana es el de los sindicatos y el del sentido común. Y, por otro lado, es el triunfo del perfecto engaño urdido por el poder. Y será el preámbulo del fracaso de la huelga general. ¿Cómo van a ponerse en huelga los trabajadores precarios, si ni lo harán los funcionarios? El nihilismo ha triunfado en nuestras consciencias. El fascismo tiene la vía libre. ¡Qué bien lo han hecho estos bastardos desde hace cuarenta años, esos que se reúnen en Davos!

 

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La única razón de la existencia es la persistencia. El conatus de Spinoza, o el instinto de placer o supervivencia (Freud, Darwin) De Ahí la importancia trascendental de la observación de Camus. La única cuestión filosófica de relevancia es el suicidio. Y la observación de Ciorán, ferviente defensor del suicidio, ser conscientes de esa posibilidad es lo importante, pero hay que postergar el momento. Siempre sabemos que está ahí.

 

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Después de una dura crítica a Marx, cada vez soy más marxista. Pero hay muchas matizaciones que hacer. Hay que eliminar la concepción del crecimiento ilimitado en Marx, introducir el discurso ecológico, una nueva ética no antropomorfa... Lo de la revolución lo veo difícil dado el estado de nihilismo en el que hems caído. Además, pienso, junto con Kant, quela revolución no nos lleva a la ilustración. La revolución no es el camino de la libertad ni de la emancipación, sino de la sustitución de unas ideologías por otras. El tránsito es hacia una democracia más auténtica.

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            Estamos asistiendo a una lucha entre el poder económico, los mercados, y el poder político, los estados. Lo malo es que los últimos cedieron demasiado en los últimos cuarenta años de neoliberalismo. Con la crisis creíamos que el estado volvería y lo que ha vuelto es un neoliberalismo revitalizado que lo quiere todo. Es el fascismo económico, antesala del fascismo político. A los ciudadanos se les ha adormecido con el individualismo y el consumo, de ahí el nihilismo. Y se les ha engañado haciéndoles pensar que esto es un proceso natural de la historia. Siendo así, no se puede intervenir. Es una jugada maestra. Aunque Marx tenía razón en la predicción de este tipo de crisis no sabía el alcance del opio de las nuevas religiones.

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            Uno de los problemas de la izquierda es que la única izquierda realmente existente, la que llamo, aquella con capacidad de gobernar, se rindió al neoliberalismo, con lo cuál se vació de su contenido ideológico. La izquierda realmente existente no es izquierda, es comparsa del neoliberalismo. De ahí que no existe un pensamiento, en los partidos de izquierda realmente existente que se pueda enfrentar al neoliberal porque, en el fondo, son el mismo. Los sindicatos, como viven a merced de los estados no son representantes de nada ni de nadie.

 

 

 

 

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