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Filosofía desde la trinchera

 

Virtud, libertad y felicidad. Aquí están las claves. La felicidad es casi una cuestión accidental y bioquímica. Pero la virtud y la libertad tienen que ver con la acción. Son realmente el ámbito de la ética. Y no se alcanzan ninguna de las dos sin esfuerzo. Y ese esfuerzo es la tarea de nuestra vida. De ahí que la vida pueda ser una payasada o una obra de arte. La tarea de construir nuestra propia vida es la que forja nuestro ser y nos aleja del rebaño. El rebaño, decadente, no se esfuerza, sigue los impulsos de los deseos y huye, muerto de miedo, de de los ladridos del perro vigilante. El miedo es lo que utiliza el poder para dirigir al rebaño. Al poder no le interesa la libertad, prefiere que estemos “felices” y contentos, así él tiene las manos libres. Pero el hombre libre es el que está por encima del miedo. Por eso es de temer y el poder lo rechaza como a un inadaptado. No son tiempos de camuflaje ni de medias verdades. Son tiempos de héroes morales. El pueblo necesita ejemplaridad y excelencia. El héroe no es feliz por necesidad, es digno. Por eso hay que seguir admitiendo y practicando la sentencia socrática de que es mejor padecer una injusticia que cometerla.

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