El origen de todos nuestros males es el yo. Mientras menos yo, más liviano de equipaje. Esta es la vieja sabiduría budista. En cambio, nuestro afán en la vida es atarnos, hacernos pesados a través del tener. No sabemos ser sin tener, cuando realmente ser consiste en existir sin tener. La conquista: el nirvana. Pero todo esto lo practican los sabios, los filósofos sólo somos capaces de reflexionar sobre ello. Una lástima.
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