La desglobalización del capital pasa por la politización de la humanidad. Decía José Luís Sanpedro que estamos viviendo en una época de tecnobarbarie. A ello deberíamos sumarle lo de una barbarie de la economía apoyada en la tecnobarbarie. Todo ello es una deshumanización completa. Y eso consiste en una transformación del sujeto en objeto. El paso atrás ético-político se cifra filosóficamente en la pérdida de la categoría de sujeto. Hablando menos técnicamente: anulación de la dignidad y la libertad. ¿Hemos ganado más libertad con el euro? ¿Por qué no salir del euro? Son los mercados los que nos dirigen, no la política. No podemos claudicar ni ser indiferentes. La hecatombe de la segunda guerra mundial tuvo dos causas fundamentales: la crisis económica y la indiferencia de la ciudadanía. De ahí lo de la vanalización del mal de Anna Arendt.
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