Todo esto viene de mucho más lejos. La monarquía fue impuesta por el antiguo régimen. La transición no fue exactamente un modelo. Existe realmente una transición violenta. Esto se ha intentado ocultar. Por otro lado, hubo una cesión de la izquierda inaudita. En definitiva, estos que nos gobiernas fueron los auténticos listos y supieron ver por donde iban los tiempos a nivel mundial. Por eso han triunfado durante tantos años. Fueron participes del nuevo orden mundial y lo crearon o participaron en su creación. La educación española participa de ese nuevo orden. Por eso, la solución de los problemas es global, siempre lo sugiero. La educación, ni es una burbuja ni un problema en sí, sino una consecuencia. Y el problema está en todos los países “desarrollados”; es decir, los neoliberales. El problema es global. Nuestra democracia hizo su transición con la UCD en manos de las fuerzas del movimiento nacionalcatólico, la segunda transición la hizo con el PSOE, que se plegó a las fuerzas del neoliberalismo, que desde los setenta empezaban a liderar el mundo. Uno de los resultados de ese neoliberalismo es el tipo de educación que tenemos en los países de la OCDE. Nada nuevo, engaño. El problema es que, en España, como veníamos desde la nada, por poco que hiciesen estos progres en universalizar el estado de bienestar y profundizar en la socialdemocracia, pareció un mundo. De ahí que vivamos en un país de “señoritos satsfechos” que diría el insigne Ortega.
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