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Filosofía desde la trinchera

Es muy necesario hoy en día recuperar el pensamiento de pensadores como Ortega. Los progres pueden llamarme facha o reaccionario; pero, la verdad, es que los fachas son ellos, los reaccionarios-progres, ellos. La democracia, y eso desde sus orígenes, léanse el discurso fúnebre de Pericles, es el gobierno de la mayoría para que los mejores ocupen el gobierno. Pero sólo es posible por medio de la educación de la mayoría, pero no por la retórica, demagogia y el engaño, si no por la razón. Como decía el viejo Platón “La retórica es al alma lo que la cosmética al cuerpo.” Por eso hay que recuperar la verdadera enseñanza, la que busca la excelencia,  la meritocracia, y esto no está reñido con la igualdad. Lo que ocurre es que estos progres han confundido la igualdad con la igualdad aritmética. No existe igualdad ontológica, sino democrática. Y esto significa, igualdad de oportunidades, no mediocracia. Lo que sucede es que al poder le interesa la mediocracia. De ahí el sistema de educación que tenemos, un auténtico atentado contra la igualdad en nombre del engaño de la igualdad. La domesticación por medio del meoliberalismo está en marcha. La sociedad es obediente y sumisa. El hombre masa triunfa. Pero Ortega se equivocaba, detrás del hombre masa están las fuerzas del gran poder. Y éste es el que crea y moldea a tal hombre masa que parece el que realmente manda. Falso, el poder lo excede. El hombre masa es simple marioneta. Y eso se le olvidó a Ortega.

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