Dos frases desafortunadas. Carta a Fernando Savater.
A pesar de mi respeto, mi admiración, lo mucho que he aprendido de muchas de las obras de Fernando Savater y de su modo desenfadado y didáctico, dirigido siempre al pueblo, no a la academia, de hacer filosofía, no tengo más remedio que criticar estas dos frases desafortunadas, así como el tono general en la que las ha enunciada. De todas formas, de un tiempo a esta parte, Fernando Savater, creo que está perdiendo fuelle, además de que vive de las rentas, en el sentido intelectual, otra cosa ni lo sé ni me importa. Estas frases dedicadas al 15M en la conmemoración de su obra “Etica para Amador”, buena obra, pero no magistral, y que he utilizado bastante son las que siguen. Se ríe de una de las consignas del movimiento 15M “no nos representan” y dice: "no seas majadero, el problema es que sí te representan y por eso debemos buscar a quien mejor nos represente". Esto es una estupidez, una ignorancia supina y una chulería, además de superficialidad sobre el conocimiento del funcionamiento de la democracia. Y la otra frase es de juzgado de guardia, por lo menos para un juzgado de filósofos, ha ironizado sobre el hecho de que "alguien se enfade con los bancos porque antes le daban lo que pedía". Otro desconocimiento brutal sobre el funcionamiento de los bancos y el funcionamiento financiero. Creo que no es más que oportunismo y una simple gracia que, un intelectual de su calibre y con su audiencia, no se debe permitir. Después, eso sí, ha hecho un panegírico de la educación y del papel fundamental de la ética y la filosofía en ella. Ha defendido a la educación de la ciudadanía frente a los radicales contrarios de los dos bandos. Pero, a mi modo de ver, todo un brindis al sol, de cara a la galería. Fernando Savater, no ha sido precisamente un crítico de la LOGSE, ni de la LOE posterior, quizás no tuvo tiempo, la verdad es que ha luchado contra causas muy importantes y con su vida amenazada y en este sentido es y ha sido un referente moral y político para muchos, para mí el primero. Pero no es el momento, tal y como está la enseñanza, de venir ahora con esos cuentos de la educación; con los que, por otra parte, estoy de acuerdo. Pero, al final, no se pringa, no se da cuenta, como le ocurre en sus dos frases desafortunadas, de que el mal viene de muy lejos. Simplemente, lanza la piedra y esconde la mano. Hace la gracieta. Una ironía, o más bien cinismo político, como de aquel que viene de vuelta de todo.
Comento, muy brevemente las dos frases. En la primera ironiza nuestro filósofo sobre la frase de que “ no nos representan” y dice, pues claro que nos representan, y tanto, por eso hay que saber elegir. Falso. Se ha quedado en la superficie. Pues claro que no nos representan. Desde cuando un partido político en un una democracia partitocrática como la nuestra representa a los ciudadanos. Los partidos son mecanismo de poder, de absorción del poder de los ciudadanos. Esto es de común acuerdo entre los teóricos de la democracia. La cuestión es una cuestión, además de filosófica, técnica, qué modo de representación encontramos para eliminar el poder de los partidos y aumentar el de los ciudadanos o, dicho de otro modo, qué modo de control podemos encontrar de los ciudadanos frente a los partidos políticos. Cómo se puede decir que los partidos nos representan cuando el programa no cuenta, cuando cuenta el líder, cuando el líder es elegido a dedo, cuando los puestos de confianza aumentan hasta el infinito y son formas de control de la administración pública. Qué lejos está ese Savater defensor de la Ilustración, que conformista, y realpolitik que se nos ha vuelto. No señor, no nos representan. Y esa es una buena protesta. Porque no se trata de terminar con los partidos políticos, sino de reformarlos para que la representación sea la mayor, como es el caso de reformar la le ley electoral, que esos partidos mayoritarios, que el señor Savater dice que nos representan, o los nacionalistas, no quieren reformar. Y no lo quieren porque saben que no nos representan, que tienen un voto cautivo por la propia ley electoral y por la propia ley de partidos. No puedo entender esta ignorancia. Y esto andando sólo por las ramas, sin entrar en profundidades. Me paree una burla decir que los partidos políticos nos representan. Todo lo más, se puede decir, que los partidos nos tienen engañados haciéndonos creer que nos representan, pero de ahí a lo de Savater va un abismo.
Con respecto a la segunda frase, pues más de lo mismo. Cómo se puede decir esa simpleza. Cómo se puede decir que la gente se queja y cuando los bancos se lo daban pues nadie decía nada. Vamos a ver, señor Savater, ya sé que usted es de letras, pero de economía doméstica todos sabemos algo, eso por un lado. Y, por otro, es una falta de respeto brutal a la ciudadanía. El sistema hipercapitalista ha creado su propia ideología que es la del consumo sin la cual es ineficaz. Esa ideología ha creado un sueño, se ha producido un aprovechamiento de los bancos a partir de la oferta de créditos casi vitalicio a bajo interés cuando había sueldos para ellos. Pero los bancos, señor Savater, han comercializado con esos créditos, es lo de las titularizaciones, para que lo sepa, y eso es lo que se ha llamado los activos tóxicos que ha producido la propia banca con sus propios créditos y con economía financiera a partir de ellos, engañando al cliente, hipotecándolo para toda la vida. No digo que éste no sea culpable en parte y que debería haber moderado su pasión de posesión. Pero resulta que la inmensa mayoría de loa créditos son a la vivienda. Y el derecho a la vivienda es un derecho universal. Es decir, un ideal ético que debe regular nuestra política y nuestra economía. Los activos tóxicos son los que han producido la crisis (hay muchas más razones porque yo creo que estamos en una crisis sistémica del capitalismo global, no sólo financiero) financiera de 2007-2008. Y la solución a esta crisis ha sido el desembolso de dinero público. Y es ahí donde la crisis ha empezado de verdad. La banca gana, los estados y la ciudadanía pierden. No es que me parezca una falta de conocimiento, una ligereza su afirmación, me parece una auténtica frivolidad que solo se puede cometer cuando uno está en el delirio intelectual… ¿Y si releyese usted su obra magistral “Ética como amor propio”? ¿Y si volviese a los epicúreos y a su amado Voltaire, defensor del pueblo en su tratado sobre la tolerancia (en el caso Callas) en lugar de arremeter contra él porque ha sido engañado por la nueva religión y superstición del mercado?
Juan Pedro Viñuela
13 de julio de 2011
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