Estoy de acuerdo. Y es muy interesante la visión que das de la libertad de expresión como un derecho universal que debe ser dirigido contra el ejercicio del poder cuando éste se extralimita. Y, también, no debe identificarse con la provocación. Pero creo que hay un problema de fondo. Ejercer la crítica desde la libertad de expresión utilizando la ironía o el sarcasmo es absolutamente pedagógico. Es el fundamento de la enseñanza de Sócrates, la ironía, y de Diógenes el perro, el sarcasmo. Pero, ¿qué es lo que sucede? Pues que algunos sectores del islam no han alcanzado la ilustración y no han separado lo privado de lo público. Y, además, es eso mismo lo que les impide el diálogo. Lo mismo sucede con sectores fundamentalistas, que cada vez abundan más, en el occidente cristiano. Quieren volver a una época preilustrada. Si no aprendemos e interiorizamos los valores de la ilustración seremos incapaces de soportar el sarcasmo, la ironía y seremos incapaces de dialogar. Y esto sirve tanto para cristianos como para islámicos. Por otro lado, nuestra sociedad se ha convertido en una sociedad pacata en la que hay que aceptar lo políticamente correcto y no se puede hablar más allá de ello. Esto es una violación encubierta de la libertad de expresión, y en la enseñanza, de cátedra. Un saludo.
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