La política en España ha estado basada en la mediocracia, el interés económico, en crear leyes a favor del poderoso y contra el pueblo y en una serie de señores, los políticos, que chulean a la ciudadanía y la desprecian salvo unos días antes de las elecciones. Cae un supuesto icono de la política y la transición. Pero esto es la punta del iceberg. Y, además, ya estamos acostumbrados a la corrupción, a los Fabra, a los Bárcenas, a Filesa, los Gal, a los que pasan de la política a las multinacionales y no quiero seguir. La clase gobernante es absolutamente corrupta e inejemplar y, lo primero que ha de pedírsele a un político es su ejemplaridad pública. Pero no olvidemos que los hemos votado nosotros. Es decir, nuestro único acto democrático ha instalado el autoritarismo de la clase gobernante. Es profundamente necesaria una regeneración democrática que ha de basarse en la ejemplaridad y en la participación ciudadana. Y, para eso hace falta Ilustración y educación. Pero, no hay razones para el optimismo tal y como está la educación.
0 comentarios