Yo pienso que la historia no tiene sentido. Perfectamente podría haber sido otra. Igual que el hombre, podríamos, perfectamente no haber existido y todo hubiese seguido igual. Todo lo que hemos construido es para nuestra supervivencia. Y, como resulta que somos seres sociales, pues necesitamos leyes para sobrevivir. Esas leyes son construcciones convencionales. No hay un derecho natural, porque no existe un dios trascendente. Existen las leyes de la naturaleza y de ahí emanamos nosotros y nuestra capacidad cultural. Nuestro único sentido es el de la naturaleza. Ahora bien, podemos dar un sentido a la historia, intentar transformar el mundo, porque al no haber sentido nada está determinado. Yo creo que el fin del que decide no jugar es, o bien, intentar cambiar las reglas, o aislarse monacalmente (asumiendo otras reglas, claro) o el suicidio. De ahí que Camus decía que la única cuestión filosófica relevante sea la del suicidio. La última opción es mejor evitarla hasta el final, al modo de los estoicos, mientras, hay que persistir aunque sea como observador. Pero, bueno, uno en ese momento es absolutamente libre.
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