Creo que la caída del muro de Berlin y la posterior disolución de la Unión soviética no fue el fin del marxismo como teoría de la historia, ni mucho menos fue el fin de la historia y la muerte de las ideologías como pronosticaba Fukuyama. Es más sugiero, que, precisamente, lo que sí fue es el fin, o el comienzo del fin, a pesar de un par de décadas, sobre todo los noventa, felices, del capitalismo. El sistema se hunde porque es insostenible. Pero toda la propaganda neoliberal que vivimos en occidente, nos dice lo contrario. Por lo visto nuestras democracias corruptas, que no son más que oligarquías partitocráticas, son el modelo de la democracia, mientras que las otras democracias que han luchado contra el neoliberalismo, desde una concepción socialista e, incluso teológica cristiana (la teología de la liberación en Latinoamérica) y a las que se les ha intentado hundir, no sólo por la propaganda, sino con golpes de estados dirigidos desde el máximo poder, pues resulta que son populismos. Mientras, los BRICS, encabezados por China se hacen con el poder económico mundial. Y no olvidar que China es un modo de realizar el comunismo. Por su puesto, tan cruel, como lo es el capitalismo. Porque el capitalismo mata. La existencia del tercer mundo es debido al proceso neocolonial del capitalismo que nos ha permitido vivir por encima de las posibilidades del planeta bajo el mito del progreso y del crecimiento ilimitado. Piensen ustedes, porque el gran hermano nos engaña.
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