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Filosofía desde la trinchera

Aunque la crianza afectiva o respetuosa sea un factor condicionante, y en ello estamos absolutamente de acuerdo, este argumento tiene dos errores. El primero es que toma este factor como determinante (reduccionismo) y el segundo es que hace una generalización inductiva de la que se desprendería, puesto que la inmensa mayoría al vivir en una sociedad patriarcal y competitiva no hemos tenido esa crianza respetuosa, que todos somos violentos y asesinos. Como no es así, es una refutación de su tesis. Somos agresivos por naturaleza (etología), pero violentos culturalmente. Determinadas formas culturales, ideologías, religiones… nos hacen más violentos. Y, qué duda cabe, que una sociedad matriarcal y una crianza respetuosa son antídotos contra la violencia. Pero no la erradicaría. Yo propondría un experimento. Juntar a una serie de niños que hubiesen tenido una crianza respetuosa. ¿Qué pasaría?, ¿Acaso no aparecerían las peleas por la lucha por el poder, por la lucha por la propiedad? Pues sí, porque el hombre es empático, sino no sería social. Pero también jerárquico y ello genera la pasión por el poder, en unos más que en otros, es una conducta innata. Y la lucha por el poder y por la propiedad se apoya en la agresividad natural con la que venimos fabricados de serie. Por supuesto que habría menos lucha, menos agresividad, más empatía. Pero es que somos más cosas además de afectos positivos. Si fuera así seríamos como una sociedad de hormigas o abejas. Funcionaríamos robóticamente. Vamos, algo parecido a “Un mundo feliz de Huxley”. Pero no es así, porque, entre otras cosas, somos, además, hasta libres. Y esto ya sí que es complicado.

Estamos en el mismo error de argumentación que es el que yo he querido mostrar. ¿Todos los huérfanos criados en orfanatos son violentos? Algunos han pasado a la historia como personas notables. Y no estoy diciendo que sea falso lo que dice, sino que no es un factor determinante. Somos tan complejos…

Las neurociencias están de moda hoy en día y tienen a la base una tesis filosófica errónea, la posibilidad de conocer absolutamente los determinantes que constituyen la psique humana. No podrán, porque, para empezar parten de una idea filosófica, no empírica y científica: el determinismo, para seguir, porque el conocimiento humano tiene límites. Que son límites estrictamente lógicos y para concluir porque lo que subyace al nivel molecular es el atómico y aquí reina la indeterminación cuántica. No confundir indeterminación con caos, sino, mejor relacionarlo con probabilidad.

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Yo creo que como lo formula da lugar a determinismo. De todas formas lo que importa es lo que dices tú. Es una teoría más, y que en este caso está corroborada, pero a la que hay que sumarle otras explicaciones que, igualmente, no pueden ser reduccionistas. Los hechos o fenómenos complejos son multicausales y, además, esas causas se retroalimentan. El hombre y la historia son los fenómenos más complejos de organización. Por eso, en este nivel no sirven las explicaciones causales lineales que, además, sólo sirven para la física clásica. Lo que ocurre es que nos puede la imaginación y tendemos a buscar explicaciones causales unívocas y unidireccionales. Tenemos que aprender a pensar de forma compleja y tenemos las herramientas para ello, lo que nos falta es la imaginación. La medicina, por ejemplo es un caso típico de esto que digo. Si abordamos la enfermedad desde el paradigma clásico lo que tenemos es un conocimiento mecanicista y unívoco de la patología. Sin embargo, si afrontamos las patologías desde la complejidad, tendremos una visión holística de la misma en la que, además, el paciente cuenta en tanto que persona y biografía. Y en esta línea es en la que debemos esforzarnos para conseguir explicaciones de los fenómenos. Claro está, que, debido a la especialización, cada cual trabaja en un campo, pero debe haber un diálogo interdisciplinar. La filosofía es la que debe jugar este papel, pero el cientificismo la ha expulsado.

 

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