Pues me parece estupendo. Y sí es cierto que coincide con tu tesis. Eso pasa muy a menudo y es enriquecedor. Y coincide también con mi visión holística y humanista de la medicina. Y, además, con mi materialismo emergentista. Fíjate que habla de la unión de la mecánica cuántica, nivel inferior, con la biología. De todas formas es una idea filosófica, sobre todo de las filosofías místicas, más oriente, de siglos. Recuerdo un libro que leí sobre misticismo oriental y misticismo occidental, hará unos treinta años y acababa diciendo que la ciencia, en este caso se estaba refiriendo a la física y los extraños sucesos cuánticos, cada vez se acercaban más a la sabiduría antigua. Es decir, que ha habido dos caminos, el racional y el místico. Cuando hacía el bachillerato, que no sabía si hacer medicina, leí un libro sobre las enfermedades psicosomáticas y mantenía las mismas tesis, pero a nivel de hipótesis que esta científica. No tenía la base bioquímica experimental. Y en los años 90 vi un documental científico, en el que probablemente intervendría esta mujer, lo tengo grabado en los viejos videos, porque lo solía poner en la asignatura de ciencia, tecnología y sociedad, en la que se trataba específicamente este tema. La relación entre la inmunidad y las emociones. Pero no se habían encontrado, de momento, las sustancias (endorfinas y neurotransmisores) procedentes del cerebro en la sangre que podían afectar a las células. Y ahora ya se tiene, según esta científica, evidencia de ello. Es increíble. Claro lo que sí mostraba eran estudios de curaciones o mejorías de diferentes enfermedades, incluido el cáncer, dependiendo de los estados de ánimo, de las emociones. Y, de paso, se intentaba explicar el fenómeno de la sugestión y el placebo. Lo que dice esta científica es una buena base para explicar todo esto.
Y, si te das cuenta, se utiliza el término de libre albedrío, la libertad en su versión clásica, en el sentido de decidir la acción y la aceptación. Es muy importante porque esta mujer deja atrás el cientificismo, para ofrecernos una visión antropológica-filosófica del hombre, desde una base científica sólida. Porque las visiones filosóficas, sin base científica, o bien son ideas fecundas para la investigación científica, o bien no son más que especulación o palabrería. Y, por último, a mi manera de ver, está muy en consonancia con la terapia de aceptación y compromiso.
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