Blogia
Filosofía desde la trinchera

Absolutamente cierto. La racionalidad humana es una parte mínima de la condición humana. Pero, desde hace quinientos años se ha reducido todo a la racionalidad. Y, dentro de éstas hay muchas, pues primero se redujo a la racionalidad matemática, luego a la instrumental y más tarde a la mercantil. Triunfando hoy en día ésta última. Sólo hay que echarle un vistazo a los currículos del estado, todas las disciplinas están orientadas desde la racionalidad, como siempre, pero en la nueva ley se ha introducido como competencia (más o menos aquello que es imprescindible saber, por traducir el pseudolenguaje de la pseudopedagogía), el del emprendimiento y la empleabilidad. Hasta los conocimientos, aunque esto viene ya de la LOE, modificación de la LOGSE, se han convertido en competencias básicas. La palabra misma está tomada de la economía. Y de paso vamos destruyéndonos y destruyendo el mundo en el que viven  miles de millones de especies, incluidos nosotros. Por cierto, Riechamann saca nuevo libro titulado, precisamente “Autoconstruirnos”. Y, dice, que la solución del problema es individual, un cambio de conciencia. Cuántas veces lo he discutido con él por correo electrónico. Yo decía que era una cuestión política y él añadía que además de política, fundamentalmente, ética y me explicaba que había que volver al epicureísmo. Y, ahora le doy la razón. Y es curios, me siento en paz y ligero (ya no más luchas inútiles: compasión y autocompasión), me he quitado una gran carga de encima: el responsable de todos los males del mundo no soy yo, ni tengo que atacar a nadie, ni hacerlo responsable. Eso sí, yo tengo que cambiar para cambiar el mundo. Primero he criticado al mundo, me transformé de camello en león, fiero, incansable y mordaz, pero ahora tiene que venir la última transformación: el niño que juega en el instante presente.

0 comentarios