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Filosofía desde la trinchera

 

                        19 de enero de 2010

 

            Respuesta al artículo del 19 de enero de 2010 de Francisco Bustelo en El País.

 

            Me alegra esa actitud optimista que el profesor emérito de historia económica y rector honorífico tiene sobre la humanidad. Pero siento ser más pesimista. Efectivamente que él mantiene que hay un progreso en la historia de la humanidad. Aunque, si bien, este progreso es lento, diferente en cada época, hace zigzas, e, incluso, retrocede. Pero en el fondo hay progreso. Por su puesto que estoy en ello de acuerdo con él. Pero lo que creo es que de su artículo se desprende una idea de progreso infundada, y que además se enlaza o relaciona con el progreso económico. Y éste, a su vez, con el crecimiento. Y aquí ya no estamos, de ninguna manera, de acuerdo. El progreso económico al relacionarse con la idea de crecimiento ilimitado es erróneo. Ya estamos viviendo de los intereses. Y son falso los datos que nos da. Hoy en día hay más pobreza, absoluta y relativa. Y el modelo de crecimiento de la humanidad, tomando como ejemplo los países desarrollados es insostenible e inviable para la humanidad. Hay un límite al crecimiento que Bustelo no contempla. Hoy en día, quizás crecer, sea decrecer. Es necesario otro modelo de vida, otro paradigma, que no es el economicista, sino el ético. Por su puesto que los avances científicos y técnicos ayudan. Pero no se puede caer en el mito de Proteo. El progreso científico-técnico, no tiene nada que ver, ni asegura, el progreso ético político. Pensar esto es vivir en un  engaño. Estamos siendo engañados intencionadamente. La crisis de la que se nos dice que estamos saliendo es una crisis Terminal. Hemos tropezado con los límites. La tecnología no es la solución, sino la ética. Decir que hemos salido de la crisis y seguir manteniendo el mismo modelo de crecimiento es, simplemente, engañar a la humanidad. Son necesarios modelos alternativos de organización socioeconómica. Y la política aquí juega un papel importante. Pero los políticos están bailando al son del poder económico. Sacan a los grandes de la crisis, nos hablan de refundación del capitalismo, pero cuando se ve un breve despunte de la economía vuelven a caer en el discurso del pensamiento único. No podemos creer a estos señores. Es necesario una revitalizacion de la vida política para volver a recuperar la ejemplaridad pública, la virtud. La clase política, en última instancia fruto del voto de los ciudadanos, por esto debemos de ser conscientes de nuestra responsabilidad, está corrupta. No tienen ni ideas ni ideologías, luchan por el poder. No hay diferencias en su pensamiento de fondo. Esto unido a la corrupción hace que la ciudadanía se desencante. Es mucho lo que hay que regenerar. Yo también tengo esperanza en el progreso. Hemos pasado de sociedades esclavista a estados de derechos, muy imperfectos, eso sí, pero preferibles a lo anterior. Pero no creo en el progreso, eso es un mito. Tengo esperanza en que la humanidad encuentre la salida al callejón en el que nos encontramos acorralados. Pero es necesario un cambio radical. Decir que vamos por el buen camino, manteniendo la ideología del economicismo es un engaño, una farsa. Los plazos son cada vez menores. El problema no es un problema de medioambiente. Es un problema social y humano. Es el problema de la supervivencia del hombre. Nuevas teoría, que ya existen, nuevas ideas y nuevas actitudes. Y, sobre todo, regeneración de la clase política.

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