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Filosofía desde la trinchera

Efectivamente, Fernando, el no hacer nada es una opción, como la del perfecto vago, o la del místico. En fin, son opciones que construyen. Lo otro que dices es muy interesante. Desde joven definí la vida como un dejar. En toda elección está el dejar. Por eso nuestra vida es un continuo abandonar posibilidades que se quedan en las cunetas de nuestra biografía y que sirven, a veces, de alimento de la nostalgia, o, peor,  de tortura. Nuestra felicidad, o, al menos, bienestar, reside en que la segunda parte sea escasa o, casi inexistente.

 

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