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Filosofía desde la trinchera

Esto sí son argumentos y, además, muy respetables. Coincido básicamente en lo que dices. Lo que sucede es que la discusión es de matiz. De todas formas no atacas mis argumentos, analizas uno de los artículos de Rebeca. Igual que tú, no participo de la idea de que las redes sociales sean creadas intencionadamente para controlar a la ciudadanía. Eso es una idea conspirativa de la historia que, como demostré, no se sostiene. Ahora bien, también dije que, dentro de la sociedad en la que nos encontramos, las redes sociales tienen múltiples usos y uno de ellos es el control y la propaganda. Dos formas de control: el de nuestros pensamientos y el de nuestra voluntad. El primero interesa al poder político, el segundo al económico. Ambos están en connivencia y dan lugar al mundo que tenemos. Información sobre nosotros hay en todas partes, de forma activa o pasiva. No hay que imaginar una vigilancia exhaustiva, sino un control difuso que es el que ejercen los medios de comunicación. Internet amplifica esta forma de control. Además, como tu señalas puede servir para muchísimas cosas, comunicarse, entretenerse, jugar, no hay que ser ni alarmistas ni neuróticos, efectivamente, pero eso no niega que la sociedad que tenemos es la que tenemos y no otra y que la libertad no es tan real como parece.

 

            Me alegro que seas algo crítico con el progreso. La idea de progreso es otro de los engaños de esta organización social y está a la base de nuestro modelo económico de crecimiento ilimitado y no es más que una idea secularizada de la religión. El mito del progreso es una de las ideas que más daño han hecho y siguen haciendo a la humanidad. Por mi parte, y no me extiendo, llevo años combatiéndola.

 

            Creo, por último, que 1984 de Orwell, dirigida contra la Unión Soviética, es más actual ahora que antes. Creo que vivimos en un mundo orwelliano y esto es difícil de refutar. Dedícate a analizar el lenguaje de los medios de comunicación que es el vehículo del pensamiento y la representación de los valores y te darás cuenta que se nos muestra una realidad ficticia. El vehiculo del pensamiento y los valores es el lenguaje, quien controla a este último controla el pensamiento. Un mundo feliz es, literariamente, inferior a 1984, hoy en día participamos del control de las conciencias por parte de las motivaciones: la psicología conductista, al modo como ocurre en un mundo feliz. Es cierto que la dimensión de un mundo feliz es la de una sociedad controlada por el conocimiento tecnocientífico, conocimiento al que aún no hemos llegado, y en esto se parece a la sociedad contemporánea que se rige por los logros de las ciencias. Digamos que ambas utopías negativas son visiones que nos pueden servir para analizar nuestra sociedad y defender, en la medida en la que podamos, la libertad y la dignidad. Saludos y muchas gracias.

 

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            Estimado amigo Juan,

 

Como en tu primer artículo, coincido básicamente contigo. Te has explicado muy bien… y has hecho una matización muy interesante sobre lo que tú entiendes por formación de los profesores. Estoy de acuerdo con lo que dices de la formación de los profesores en los CPRs que es insuficiente. Pero yo además añado que es adoctrinamiento. Tú sabes bien como funcionan las ideologías como forma de cohesión, o cemento de la sociedad. Creo, como tú, que es necesario una formación didáctica de los profesores, pero no le doy la importancia que le da la ley. También creo que hay un mito sobre la lección magistral. Soy un defensor de la clase magistral, pero no existe ésta sin diálogo y para que ello sea posible se requiere del interés del alumno. Y esto es una comunidad inefable, fuera del ámbito científico, que se produce en el proceso de enseñanza y que tiene que ver más con la transmisión de valores y conocimientos, digamos, por contacto o por osmosis. Cierto que necesitamos aprender unas destrezas que nos hagan más fácil enseñar y tratar a los nuevos tipos de alumnos que tenemos. Pero no entiendo que esto sea una ciencia. La pedagogía no es ciencia, es mayormente verborrea e ideología. Por eso la comparación con la medicina no es correcta. El desarrollo tecnocientífico en medicina ha ganado en eficacia y perdido en humanidad, porque la medicina está a caballo entre el arte, la ciencia y el humanismo. Pero hoy en día está prácticamente reducida a tecnociencia. Ya digo, esto le ha hecho ganar en eficacia, para nuestro bien, pero nos encontramos con todos los problemas éticos que se derivan de la tecnificación. Pero en la enseñanza no ocurre igual. Todos los científicos famosos y geniales que tú conoces podrían enseñar en la actualidad con una pizarra y una tiza, e, incluso, con un palo y tierra, me refiero a las teorías, ya sé que la experimentación requiere hoy en día un gran arsenal de aparataje. Pero no son necesarios para entender la teoría. Lo de la ciencia en la educación es un engaño, es tecnobarbarie, como dice el economista José Luís Sanpedro. Considerar que sin una presentación en Power Point no podemos dar una clase o una conferencia es perderse en los medios. La tecnociencia pude ayudar, las tácticas pedagógicas, también, pero son todas colaterales al proceso de transmisión de valores y conocimientos.

 

            Hay una cosa que dices y creo que procede de tu herencia marxista leninista. Me explico. Tienes una visión determinista de la historia. Vienes a decir, más o menos, que en los tempos que tenemos necesitamos de una educación que es la que estamos construyendo. Creo que te equivocas en lo del determinismo. Los procesos históricos no están determinados, pero no vamos a entrar en esta discusión. Lo que sí sostengo es que la educación debe servir para transformar la realidad, no para adaptarse a ella, máxime cuando la realidad en la que vivimos responde al imperativo del mercado y la tecnociencia, convirtiendo al hombre en un mero instrumento u objeto. Uno de los grandes engaños es el del fin de la historia y la muerte de las ideologías. Todo lo que se viene defendiendo hoy en día en educación, no es una necesidad histórica marcada por los tiempos, sino ideología. Y, como tú muy bien sabes, la ideología nos aliena y enmascara la realidad. Pues eso es lo que pasa. Ni más ni menos. Un interés de la clase dominante, el capital, que tiene cogido por el cuello al poder políticos y a los ciudadanos adormecidos y sumisos. Saludos afectuosos.

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